El campo de concentración de Auschwitz-Birkenau fue el mayor campo de concentración y exterminio nazi existente en la historia de la humanidad. El campamento principal llamado Auschwitz I quedaba en las afueras de la ciudad polaca Oswiecim. Birkenau se encontraba en un suburbio llamado Zasole.
El Gobierno Polaco ha mantenido el sitio como un monumento en recuerdo a todos aquellos que murieron allí durante la Segunda Guerra Mundial. El campo de concentración de Birkenau se encuentra en las mismas condiciones que la dejaron los judíos en 1945, apenas se han modificado unos pocos cuarteles de madera que han sido restaurados.
Los cuartos utilizados como crematorios fueron dinamitados por la SS antes de su retirada, sin embargo, todavía pueden visitarse esas mismas ruinas, que de solo mirarlas pueden formar una imagen mas o menos certera de lo que fue en realidad su sórdida función.
Todos los días llegan a este lugar numerosos autobuses polacos que van repletos de estudiantes con sus maestros y guías. Visitar este sitio está muy lejos de ser una experiencia agradable, más bien deja sensaciones encontradas que difieren de cualquier aspiración de libertad y paz.
No es fácil caminar entre restos de prisioneros amontonados en una barraca sucia y maloliente. En momentos que se ingresa a las cámaras de gas y los crematorios se puede ver en el camino una gran cantidad de flores de color amarillo intenso. Es probable que todas esas flores sean fruto de cada una de las almas que quedaron allí enterradas en el olvido y el dolor. Tratando de recordarles a los que pasan, que a pesar de las terribles torturas que padecieron, sus almas permanecen con vida.
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